Ubuntu, Ubuntu... ¿Qué será de ti en mi computador de escritorio?

He sido un fan de Ubuntu desde su versión 7.04 (Feisty Fawn), y he seguido de cerca su evolución hasta su versión actual 11.04 (Natty Narwhal). En este proceso he visto características que me han gustado y otras que, a pesar que espero que las mejoren, no lo hacen.
Mi primera edición favorita de Ubuntu fue la 9.04 (Jaunty Jackalope), porque recuerdo lo bien que se podía personalizar, ahí pude solucionar problemas con dispositivos que no me había reconocido en ediciones anteriores, además de las facilidades en instalación. Al igual que sus ediciones siguientes, las características de Ubuntu se habían ganado un lugar en mi computador de escritorio.

Poco a poco fuimos llegando a Abril de 2011, y había un tema muy importante y controversial en el mundo Ubuntu, y era la llegada de Ubuntu 11.04. Ya venía escuchando los cambios radicales que se iban a implementar en esta edición, y ansiaba probarlos antes de dar cualquier veredicto al respecto.

Uno de los cambios más fuertes de Ubuntu 11.04 fue su cambio de interfaz de GNOME a Unity. Como dice el dicho: "uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Era cierto: Ubuntu con su Unity quitó (en mi opinión) la flexibilidad que había hecho de Ubuntu una gran opción en sistemas operativos. Recuerdo que intenté muchas veces instalarlo y adaptarme al cambio, pero cada cosa en Unity me hacía extrañar a mi viejo GNOME 2.32... Por estas razones, decidí volver a Ubuntu 10.10, algo resignado con el choque y pensativo sobre qué hacer si Unity seguía reinando en Ubuntu.

Casi al mismo tiempo de la aparición de Ubuntu 11.04 salió una gran noticia: El release oficial de GNOME3. Nunca entendí la apuesta de Canonical con Unity, sabiendo que el proyecto que siempre acompañó a Ubuntu estaba creciendo y mejorando... en fin. Decidí probar el GNOME3 para compararlo con Unity, y bueno, no fue tan fácil probarlo, ya que habían publicado esta interfaz para OpenSUSE y Fedora, y no tenía idea como actualizarla en Ubuntu; aunque luego de varios tutoriales, errores y desaciertos, logré instalar GNOME3 en Ubuntu 10.10... ¡Había encontrado mi configuración personalizada de Ubuntu!

En resumen, GNOME3 ha conservado la simpleza de su versión 2.32, pero completamente funcional. Desde el manejo de escritorios y aplicaciones de manera más intuitiva hasta la belleza visual y no distractiva que nos había enamorado a todos en los Ubuntu previos a 11.04.

Falta poco para el release oficial de Ubuntu 11.10 (Oneiric Ocelot), y una nueva noticia ronda la Web: La inclusión de GNOME3 en sus paquetes. Esta noticia me emociona, debo decirlo, pero no quiero emocionarme antes de tiempo, ya que de todas formas, el componente más fuerte en Ubuntu actualmente es Unity.

Pensando en esta situación y siendo pesimista, decidí buscar una opción diferente en caso que Ubuntu 11.10 (y de ahí en adelante) pierda la esencia que hizo que me enamorara de este sistema operativo. Probé varias opciones, hasta que hace unos días me enteré de Linux Mint. Qué sorpresa me llevé al averiguar sobre esta distribución: está basado en Ubuntu, y las diferencias radican en el manejo de su interfaz y la configuración general del sistema. Me gusta la simpleza que tiene (esencial de GNOME), el sistema es muy estable, y lo puedo tratar como a Ubuntu, pero con una diferencia: NO HAY UNITY!!! jejejeje.

No sé como evolucione el futuro de sistemas operativos en mi computador de escritorio, sólo sé que en caso que me toque abandonar (tristemente) a Ubuntu, lo tendré cerca con Linux Mint, recordando por qué lo escogí hace 4 años como mi sistema operativo favorito.